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Romero
Fútbol
7/10/2014
Rosariazo

Lanús le ganó 2-1 a Central y quedó a dos unidades de la punta, aprovechando el resultado del superclásico. El equipo de Guillermo jugó bien de contra y marcó la diferencia con Silvio Romero y Martínez. Luego bancó el empuje de Central.

Guillermo Barros Schelotto tiene muchos superclásicos en su historia. El de este domingo también lo empieza a contar. Es que el empate le sirvió para soñar. Para soñar con este Lanús que, en el atardecer de este lunes, hizo lo que debía: le ganó 2-1 a Central. Fue un partido bravo, peleado, discutido, con muchas llegadas y goles de Romero, Martínez y Acuña. Lo concreto es que en el final de la fecha, la tabla dice que el equipo del Melli quedó a dos unidades del de Gallardo. Lo sigue de cerca, con varios ex Boca, como Silva, Somoza y el propio Guille.
No fue sencilla la aventura de Lanús en Rosario. Porque si bien jugó en ventaja gracias a su goleador Romero y a una pelota parada que aprovechó Martínez, en el segundo tiempo retrocedió demasiado. Y Central empujó con orgullo, con un remate en el travesaño y con esa búsqueda frenética que tuvo desde el inicio del partido.
El plan de juego de Lanús empezó a funcionar en el minuto seis. El Marciano Ortiz rompió por el medio y abrió una línea de pase para que Silva lo dejara mano a mano. Caranta le tapó la intención. Pero por ahí estaba la llave del equipo de Guillermo. En otra transición rápida, a los 35 minutos, Araujo le abrió la pelota a Silvio Romero. El goleador no falló. Cruzó la pelota para su séptimo grito en el torneo.
Central trató de buscar la amplitud a partir de la subida de Ferrari y del vértigo de Aguirre. En el pie a pie, pudieron llegar al fondo, pero los de Russo luego no tuvieron pimienta en el área. Abreu y Niell quedaron tan juntos como neutralizados. La carta más peligrosa era el Sapito Encina, que aparecía con la cancha de frente. A los 15 le quedó una clarita, aunque Ibáñez le adivinó la intención y desvió el remate al corner.
Parecía que no tenía respuestas Central. Perdía 2-0, no tenía claridad ni sorpresa. De tanto probar por afuera, a Acuña le quedó en su zurda un buen centro de Barrientos. Fue el 1-2. En ese momento, sí, los de Russo fueron por todo. Pero todo quedó en manos de Lanús.

Fuente: Diario Olé.



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